domingo, 10 de enero de 2010

La Música: una nueva forma de sanar y enfermar.

El tema fue parte de un seminario sobre “El rol de la música en la medicina moderna”, organizado por la UDA Asistencia Pública de la Escuela de Medicina UC y el Departamento de Neurología.

Se describieron además, las curiosas enfermedades asociadas a la música que afectan a músicos y no músicos.

“Todos debiéramos incorporar música a nuestra vida cotidiana” fue la recomendación de Felipe Zúñiga, residente de psiquiatría de la Escuela de Medicina UC, al detallar los aspectos neurocientíficos que muestran sus comprobados beneficios para la salud mental de las personas.

No sólo eso. “Hay numerosas evidencias que muestran cómo el organismo reacciona a la música” según precisó el Dr. Francisco Javier Ibarra, Internista UC, al referirse a la Musicoterapia en la Medicina del Siglo XXI. Por ejemplo, dijo, hay respuestas del sistema nervioso (cuando una melodía nos produce escalofríos), del sistema inmune (cuando la música altera la función de los linfocitos y la secreción de inmunoglobulinas) y respuestas motoras (cuando nos prepara para la acción, o sea, un preacondicionamiento motor). También se comprobó en ratas con cáncer sometidas a stress que la estimulación musical lograba una reducción en la cantidad de metástasis. Son luces que comprueban sus posibles beneficios terapéuticos.”

Lo más reciente, es que se pudo demostrar cómo la música interviene en el sistema Límbico. “Por primera vez este año fue posible comprobar que con ella se activan exactamente los mismos neurotransmisores vinculados a mecanismos de motivación y recompensa, que se potencian con las drogas.“ La música actúa exactamente igual, estimulando los mismos puntos que generan placer o euforia, lo que podría ser un descubrimiento de insospechados alcances. Esto explicaría además porqué las personas pueden llegar a decir (y con razón) “yo estoy adicta a la ópera.”

La terapia médica basada en música no es una terapia alternativa, según aclara el doctor Ibarra, puesto que existe evidencia científica de su utilidad clínica en varios aspectos, como por ejemplo, en la reducción del dolor o la ansiedad en diversas situaciones médicas como cirugías, procedimientos o exámenes invasivos como una endoscopía digestiva; mejorar las habilidades comunicativas de los niños con autismo, entre otras.

En otro ámbito, se sabe que existe una relación directa entre la música y el ánimo: La música rápida nos hace más activos y la lenta, nos invita a la calma y a la tristeza. Hoy está demostrado que el ánimo es determinante en la forma de interpretar y de escuchar música y que, para ambos casos, se activan todas las funciones cognitivas del cerebro. “Un sistema incluso, mucho más complejo que el lenguaje” según Felipe Zúñiga. Más aún, se sabe que en la vejez, las personas sometidas a estímulos musicales tienen un deterioro mucho menor de sus funciones cognitivas”

Lamentablemente, en opinión de los expertos, en Chile no existe experiencia en la aplicación de la música como terapia para la salud mental de las personas.”La psiquiatría aún no la incorpora como tratamiento alternativo a los fármacos y aún se la considerada un tanto anecdótica. Pero, la evidencia está demostrando que puede llegar a ser un complemento indispensable para abordar patologías mentales –tal como ocurre hoy con el ejercicio físico- y así ofrecer a nuestros pacientes una mirada distinta del tema.

”Música y Medicina: Sorprendentes Vínculos.

Los trastornos de la musicalidad son rara vez estudiados por la medicina ya que no suelen repercutir en las actividades cotidianas de las personas enfermas. “Por eso, los trabajos sobre la neurofisiología de la música son muy escasos” señaló el Doctor Jaime Godoy, Médico Jefe del Departamento de Neurología de la Facultad de Medicina UC, quien dio a conocer algunas de las alteraciones neurológicas de “origen musical.”

El doctor Godoy mencionó casos de pacientes con epilepsia que tienen “crisis musicales” que se originan al oír una melodía o un tono musical muy preciso. Hay otros pacientes que sufren musicofilia, descrita en el 2007 cuando un médico traumatólogo fue alcanzado por un rayo y semanas después, desarrolló una compulsión por escuchar piano y comprar partituras. Así a los 42 años comenzó por primera vez a interesarse por la música. Adquirió un piano, tomó clases e incluso llegó a escribir sus propias composiciones.

Otro caso de la literatura médica fue el de una mujer de 65 años con episodios de desconexión del medio, quien siete años después de sufrir una epilepsia temporal derecha, desarrolló un intenso interés por la música clásica.

“se supone entonces que la actividad eléctrica anormal del cerebro produce una alteración de los circuitos del sistema Límbico que cambia el significado emocional de la música para estas personas.”

En otros pacientes se produce en la mente un cruce de modalidades perceptivas que hace que la persona vea un color que le evoque un sonido. Personas que con la mente tienen percepciones de colores. o que tienen hormigueos al oir ciertos sonidos..

Otra patología descrita por el doctor Godoy fue la Amusia: Cuando las personas no procesan cognitivamente la música en el cerebro y no asimilan las estructuras de las escalas musicales (el ritmo, timbre y frecuencia) por lo que habitualmente tendrán problemas para identificar cómo bailar una melodía. “Ocurre en el 4% de la población”. A la Amusia se suma otra alteración llamada “Alexia Musical” que se describe como la incapacidad de leer una partitura “Se sabe el caso de un pianista aficionado, jaquecoso, que después de un período de sobrecarga laboral y alteración del sueño, interpretaba involuntariamente melodías distintas a las de su partitura.”

Dr. Francisco Ibarra,internista UC, Dr. Jaime Godoy, Jefe Departamento de Neourología, Prof. Mircea Ticu, Profesor de Violoncello PUCV

Prof. Mircea Ticu, Profesor de Violoncello PUCV

“La mano musical enferma”

Hasta el 75% de los pacientes-músicos desarrollarán dolencias músculo-esqueléticas asociadas a su profesión. Una cifra que es mayor a las lesiones de los deportistas. Así lo indicó el Dr. Philipp Andwandter, Otorrinolaringólogo UC, quien al investigar el tema, comprobó que los músicos se enferman mucho de las manos, pero que no hay mucha literatura médica como en el caso de las lesiones de los deportistas.

Hay alteraciones que sólo surgen al momento de tocar el instrumento y no en las otras actividades cotidianas de la persona. “Esto se explica por los movimientos repetitivos que presionan las articulaciones de manera fisiológicamente anormal.”

La dolencia del músico depende de la forma del instrumento y de su manera (o posición) de tocarlo.

“El que más se enferma es el amateur, y más que él, el profesor de música.”

Los tratamientos requieren mucho tiempo y paciencia, con más de un 80% de éxito.

Algunas Patologías Musicales:

1) Síndrome de Dolor Regional: Ocurre por mal uso o sobre-uso del aparato locomotor y por causa del stress producido al sobrepasar los límites normales de esfuerzo de tendones y músculos. “Las dolencias en el antebrazo son frecuentes con la Viola y el Contrabajo. Y en los instrumentos de cuerda, se lesionan los dedos y la muñeca.

2) Neuropatías de Atrapamiento: Nervios que empiezan a comprimirse por el desarrollo de estructuras vecinas (un músculo) y se caracteriza por sensación de hormigueo.

3) Disfonía Motora Local: Movimientos involuntarios que surgen al momento de comenzar a usar el instrumento, sin una causa precisa.

4) Osteroartritis: ( Osteorosis) El desgaste de la superficie de las articulaciones que causa dolor, rigidez y disminución de movimiento. (El 77% de los violinistas sufre esta patología al gastar su articulación temporomandibular)

5) Somatización: cuando el stress, la ansiedad o la depresión de los músicos se manifesta con dolores agudos en los hombros, codos y manos.

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