San Blas, Obispo y Mártir es objeto de
una devoción muy arraigada en el pueblo paraguayo. Es patrono del
Paraguay y de muchas otras ciudades del interior, entre las cuales
destaca Itá, hasta donde llegan peregrinos y promeseros ataviados como
el santo para demostrar algún reconocimiento o pedir la intercesión para
una gracia. Es protector de todos los males de la garganta (ya que curó
a un niño que tenía una espina de pescado atravesada en la garganta).
Se lo invoca en casos de afonía y de infecciones en el cuello.
También
se pide su intercesión en los casos de mala conciencia. De los
locutores. De los laringólogos. Identificativo principal es que lleva
las ropas de Obispo porque lo fue de su ciudad natal: Sebaste
Identificativo secundario, frente a él se encuentra una madre con un
niño al que curó de la espina atravesada en la garganta.
Oración
Señor Dios, que corroboraste al bienaventurado mártir y obispo san Blas, en medio de los tormentos, con tus consuelos celestiales y le hiciste, esclarecido en milagros por todo el orbe, concédenos, que asistidos con su intercesión en nuestras adversidades, nos gloriemos de cumplir y de que se cumpla tu santa voluntad.
Señor Dios, que corroboraste al bienaventurado mártir y obispo san Blas, en medio de los tormentos, con tus consuelos celestiales y le hiciste, esclarecido en milagros por todo el orbe, concédenos, que asistidos con su intercesión en nuestras adversidades, nos gloriemos de cumplir y de que se cumpla tu santa voluntad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración
Milagroso San Blas, que lleno de júbilo, en el camino de la cárcel, obrasteis prodigios y salvasteis la vida de un niño que se moría ahogado por una espina que tenía atravesada en la garganta, alcanzadnos del Señor la gracia de vernos libres de todas las enfermedades de la garganta y emplear a ésta siempre para la gloria de Dios y bien de nuestras almas.
Milagroso San Blas, que lleno de júbilo, en el camino de la cárcel, obrasteis prodigios y salvasteis la vida de un niño que se moría ahogado por una espina que tenía atravesada en la garganta, alcanzadnos del Señor la gracia de vernos libres de todas las enfermedades de la garganta y emplear a ésta siempre para la gloria de Dios y bien de nuestras almas.
Así sea. Ruega por nosotros san Blas.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo
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