No es un campo fácil. Cuando en un concierto nuestro trabajo sale bien, todo el mundo comenta lo bien que tocó el grupo y cuando todo sale mal, lo malo le toca al sonido. Porque no somos técnicos de sonido. Somos “el tipo del sonido”.
Pero pienso que hay que hacerlo bien. Tal como se merece la misión que tenemos encomendada. Teniendo en cuenta que nuestra motivación es mucho mas alta que la de otros técnicos y, sobre todo, con vocación de técnicos. Intentando aprender día a día mas, para poder dar un mejor servicio; mas profesional y con menos errores.
Sabiendo que nuestro trabajo puede estropear o engrandecer el concierto mas ensayado. Con humildad y sabiendo que el Señor no es deudor de nadie. Y que las horas de trabajo y desvelos serán pagadas algún día que se están acumulando en una cuenta (incluidas las horas extras) y que el convenio colectivo del cielo será, seguramente, un gran convenio.
A veces escucharás de algún hermano mayor la idéa de que todo esto es una “modernidad extraña”, en la Biblia nunca se habló de tecnología, equipos de sonido, sistemas de luces espectaculares, etc. Que no hay nada mejor y mas adecuado para la MISA que un buen coro de toda la vida y que los jóvenes de hoy en día no hacen mas que ruido en contraste con la “liturgia respetuosa que nos ensañaron nuestros antepasados”.
Casi ni me molesto en darte argumentos contra este tipo de idéas. Pareces un tipo inteligente.
Iré colgando poco a poco algún artículo en este tema. Agradecería que si al leerlo encontrás algún error, sobre todo en cuanto a la parte técnica. Eso servirá para que yo aprenda mas y mas y para evitar que por culpa de un pobre tecnico como yo pueda hacer que otros hagan tal mal algo como un servidor.
"Yo me dedico como tecnico de sonido desde el año 1983 trabajando desde el transporte, montaje, prueba y control de sistemas de sonido y en Cancion Nueva descubri que puedo servir a Dios con mi trabajo".
Así, poco a poco iremos aprendiendo entre todos.
Miguel Olmedo.