viernes, 26 de junio de 2009

La Musica que Cura y Libera.



Hola hermanos!, los saludo con la paz de Jesús nuestro Señor que siempre este con ustedes, hoy quiero reflexionar sobre un pasaje muy bonito, que nos puede ayudar a enfocar nuestra música hacia uno de sus objetivos primordiales, y específicos que es; curar y liberar.
Para empezar aclaremos que la música es un don, un regalo de Dios para el Hombre, y depende de el mismo saber como utilizarlo, para bien o para mal, la música dependiendo de su carácter nos lleva a entusiasmarnos, sensibilizarnos, entristecernos, ponernos eufóricos y hasta violentos,
el artista no elige ser artista, pero cuando pone su talento en manos de Dios, ahí esta la gran diferencia, por que la música puede llegar a lo mas profundo del corazón de aquellas personas que se dejan tocar por sus canciones, y aquí tenemos un gran ejemplo de música que cura y libera. Canciones como “Jesús! en este nombre hay poder” lo vas a poder escuchar en el concierto del sábado 25.
Te invito a que tomes tu biblia, y busques 1 de Samuel 16, 14-23, te pido que leas estos versículos, y luego enfatizaremos solo el versículo 23…
Dice la palabra de Dios; “cuando el espíritu de Dios atormentaba a Saúl, David tocaba la citara y Saúl encontraba calma y bienestar, y el espíritu malo se apartaba de el”.
David estaba al servicio del rey, y justamente fue empleado por todos los atributos que leímos en los versículos anteriores, la música de David le propiciaba a Saúl calma y bienestar, y el espíritu malo se alejaba de el, nosotros músicos de Dios podemos con nuestra música al igual que David propiciar a las personas calma y bienestar, alejar a ese mal espíritu, que muchas veces es el miedo, la tristeza, amargura, la soledad, indiferencia, existen tantas personas que al igual que Saúl no cuentan con el favor de Dios y viven atormentadas por el mundo, viviendo entregados a falsos Dioses, esclavos por vicios, y tantos flagelos que hoy existen y que atan al hombre hasta ahorcarlo, en mi caminata tuve dos tipos de experiencias en esto; participando en encuentros o retiros y por errores que yo mismo he cometido como músico, el primero es el no saber elegir las canciones que acompañen los momentos y procesos de las personas para el encuentro personal con Jesús, si no tenemos cuidado, nuestra música puede ser mas molestia que clama y bienestar, existe en la música un signo que se llama silencio, un signo que muchas veces no queremos respetar, y que las personas y nosotros mismos necesitamos a veces para poder escuchar a Dios, la otra es cantar las canciones que solo me gustan a mi, o cantar canciones que están a la moda para lucirnos en ciertos momentos que no tienen nada que ver con la canción, como ejemplo puedo mencionar que en una ocasión en la misa, que era animada por un coro que cantaba muy bien por cierto, y a la hora de la comunión cantaron una canción totalmente fuera de lugar, “chiquitita dime por que” del grupo “abba” de los años 70, claro, no decían chiquitita, decían Jesucristo dime por que? Y en ese momento me imagine y transporte mi mente a los programas de televisión de música disco cuando era niño, ¡con Jesús Eucaristía en la boca!, era una canción que no tenia nada que ver con el momento que se estaba viviendo en la misa y creo que también las personas que estaban ahí vivieron lo mismo, no podemos cantar cualquier cosa por el hecho de que; nos sale bien esa canción, en este caso no cumplimos con uno de los objetivos de la música que es curar y liberar, nuestra música no puede llevar a las personas devuelta al mundo, para eso están los músicos seculares, que cumplen perfectamente su objetivo, perder y degenerar a sus seguidores con su música y su forma de vida escandalosa y perdida.

En el versículo 7 Dios dice a Samuel; “que el hombre mira las apariencias, pero el mira el corazón”, y en el versículo 18 dice “que David era favorecido del favor de Dios”, dos requisitos para nosotros los músicos que trabajamos para el Rey de Reyes, tener el favor de Dios es algo imprescindible para nuestro ministerio, sin su favor somos como la campana hueca que solo repica, y es solo con la unción del Señor que las personas serán curadas y liberadas, debemos ponernos a su servicio, olvidarnos de nosotros mismos, no buscar los aplausos y el que dirán, la Iglesia y Dios cuentan con nuestra entrega fiel y comprometida con el reino, hagan la prueba y verán. Dios hará el resto.
Que Dios les bendiga, su hermano en Cristo
Cristhian Barrios
Flia. Canción Nueva

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